Navidad es sinónimo de ilusión y en nuestros años de existencia esta sea probablemente la Navidad en que más falta nos haga recuperar esa ilusión.
Cuando hace un año dábamos paso a este 2020 nunca imaginamos lo difícil y extraño que sería. Cómo cambiaría nuestra forma de relacionarnos, cómo se vería limitada nuestra libertad y cómo nos pondría a prueba mental y físicamente.
Pero como en una carrera de obstáculos, el objetivo es tratar de esquivarlos. Alguno puede que nos haga tropezar, pero hay que levantarse y continuar.
En este año que tanto nos ha hecho estar en casa, teníamos que hacer algo por convertirla por unos días en un espacio más mágico, que invitara a recuperar la ilusión de la que hablábamos. Por ello nos pusimos a trabajar juntos en la decoración navideña.
Por primera vez tuvimos un árbol de Navidad al que no le faltó su estrella en lo alto, sus bolas de colores y sus luces navideñas.

Para el resto de la casa dimos paso a la creatividad y nos alejamos de la austeridad de guirnaldas y velas de otros años. Cartulinas de colores, algodón y rotuladores bastaron para hacer magia y que en nuestras puertas, paredes y ventanas lucieran los principales elementos navideños como son los Reyes Magos, Papá Noel, la estrella de Belén o nuestro reno favorito, Rudolph.

En pocos días diremos adiós a este 2020, que desde luego no recordaremos como uno de los años más felices, pero del que forjaremos un aprendizaje único.
Llega 2021 y aún tenemos sobre nosotros los destrozos del temporal 2020, pero tenemos todo un año por delante para recomponernos y estamos convencidos de que dentro de 12 meses por estas mismas fechas nuestras formas de vida se parecerán más a lo que eran y habremos recuperado lo que el 2020 nos arrebató.
Feliz Navidad y próspero año 2021,